«A propósito de niñez y violencia: herida se encuentra
la tierra de Oriente, revestida de sangre y de pedazos de cuerpos, tras cada
bombardeo; niños centroamericanos cruzando solos una o varias fronteras
atestadas de peligro, huyen del hambre y de este lado los espera el odio; niños
—y no tan chicos— robados de su historia, nacionalidad, raíces, derechos,
cultura, ahí mismito, en mi casa, en mi mediaisla, que ahora insiste también en
dividir su mitad; niñas raptadas, ultrajadas, deshumanizadas en Nigeria; cuántas
luces se apagaron al norte, en Newtown; niños vendidos, niños golpeados,
situaciones que pasan allá, aquí, a mayor y a menor escala, a puertas abiertas
y juntas; pasan, y eso es lo terrible. ¡Cuánto sufre nuestra niñez!». (Continúe leyendo en la revista Contratiempo, pág. 17).
Alberto Cortez. Concierto por la paz: Cada cual con su instrumento (1990)
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