domingo, 9 de mayo de 2010

Aún no tengo nombre

(Paul Gauguin: Mahana no atua)


Por Kianny Antigua




Aún no tengo nombre, pero no te preocupes que no lo necesito. Cuando escucho el tuyo todo mi cuerpo tiembla de entusiasmo. Siento que alguien, al nombrarte, te recuerda, nos recuerda.
Aún no tengo nombre, no has tenido tiempo de nombrarme. El mundo en el que vives parece ser muy difícil. Casi siempre te siento preocupada, agitada. Es entonces cuando nos relajas con ese líquido fuerte que me cae tan mal, pero que al parecer, a ti te cae tan bien. Quisiera poder ser más que esto para evitar que te sientas así, para evitar.
Aún no tengo nombre sin embargo tengo otras cosas que parecen ser más valiosas. Ni yo podía creer que siendo tan insignificante tuviera el poder de ocuparme de ti; así de inverosímil como suena. Ayer te oí hablar con esa señora (que como yo, no tiene nombre pero ella sí tiene apellido) del dinero que por mí vas a recibir cada mes. Le explicabas a la señora que, por tu estado, no podías trabajar y que ni siquiera conoces al sujeto a quien le debes el favor. No sabes las ganas que tenía de hablar con esa señora y explicarle que no voy a ser como los demás, que a mí no me van a tener que llevar lejos de ti, que sólo tomas porque ellos no te entienden, porque este mundo es una mierda como siempre dices, porque la vecina es una ingrata, porque tus papás (realmente no sé nada de ellos…), porque el cielo es azul, porque… Me enojó mucho oírle decir que tú no aprendes de tus errores y que por eso ellos tienen que intervenir. Pero es que la señora se contradecía sola; no acababa de decir que yo iba proveer por ti. Por lo visto tú, no te enojaste (a lo mejor no la entendiste). Al contrario, te fuiste a celebrar toda la noche; es por eso que hoy me siento tan mal.
Aún no tengo nombre, y creo que no va a hacer falta. Después del festejo de anoche, de los líquidos, de las inyecciones que por horas hacían correr en mis venas hormigas asesinas, de los gritos y las penetraciones constantes, algo en mí no funciona igual. Temo que después de la conversación que tuviste con la señora ayer, yo ya no pueda ayudarte. Además, (pensé que nunca iba a tener el valor de decirte esto), no creo que quiera ser parte de ese mundo que no te entiende y que te hace tanto daño. Ya encontrarás la forma de proveerte, yo prefiero quedarme aquí, en silencio, sin nombre.

Con todo mi amor,
(Me habría gustado llamarme como tú).

2 comentarios:

  1. alguien dijo un dia que cuando llegan es que se empiesa a vivir y con la amisma alegria que te bueque asi mismo me quede, sin ti y asi tengo que seguir.
    un camino incierto y que no se donde me llevara y que estoy seguro que muchos me diran que me estoy quedando atras..


    mayo abreu

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    1. Mayo, ¿dónde estás metido? ¡Encuéntrame! Quiero hablar contigo, saber de ti. Un beso.
      kiannyantigua@gmail.com

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